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lunes, 21 de abril de 2014

Mi filosofía - Capítulo 1: Hacer sentir bien a la gente

(A lo largo de los años, me he dado cuenta de ciertas cosas de las que no nos dábamos cuenta siendo niños, cosas que he ido aprendiendo conforme he ido madurando.

En esta nueva sección de mi blog hablaré de varias cosas que afectan a la sociedad, algunas de ellas las habréis escuchado con anterioridad, otras las hacéis todos los días y quizás no os deis cuenta de la fuerza que tienen, en cualquier caso os las iré explicando conforme vaya produciéndose en mi cabeza.

Quizás ya haya empezado esta sección con las entradas "Famosos y banderas" y "Prejuicios y estereotipos", pero va a ser ahora cuando bautice esta sección (que quede claro que no va a tener entradas diarias como las "Prácticas de LCD"). Dicho esto, empecemos con la primera...)

Anoche, leía por twitter a una amiga que parecía triste, de bajón, y yo intenté (como ya os imagináis los que me conocéis bastante) subirle el ánimo con unas palabras, y, si hiciera falta, con una llamada o un rato de chat. Fue bastante sencillo, tan solo le dije que sonriera, que sonriendo está preciosa. Lo siguiente que dijo me hizo sonreír a mí, me dio las gracias y me dijo que le hice sentir mejor.

No era la primera vez que hacía algo así, otra amiga hace tiempo me pedía que me quedara con ella hablando hasta que se quedara dormida porque tenía miedo.

Pero no solo yo he hecho este tipo de cosas, también algunos amigos me han prestado apoyo cuando era yo quien estaba mal. Una de esas veces, la que más recordaré con fuerza, fue la llamada de una amiga muy importante para mí. Yo estaba estudiando por aquel entonces en Madrid, y pasaba por un mal momento. Solía hablar con ella por chat cada vez que tenía ocasión. Un día estaba que no podía más, muy derrumbado, y sabía que su llamada me subiría el ánimo, así que le pedí hablar por teléfono. Al escuchar su voz, una sonrisa se dibujó al momento en mi cara, y mi felicidad duró bastantes días.

En otras ocasiones ha sido un abrazo de una amiga lo que me ha hecho sentir mejor, o ver que la gente de mi alrededor está bien. ¿Veis lo fácil que es hacer sentir algo mejor a la gente?

Muchas personas necesitan un pilar en el que apoyarse en los malos momentos, necesitan a alguien que esté ahí para escucharlos y saber que, por muy jodidos que estén, esa persona va a estar ahí (aunque hay que tener cuidado, no queremos que esas personitas dependan de estos pilares).

Habrá gente que diga "si, si, yo siempre ayudo a mis amigos", y puede que sea cierto, pero en parte. Digo eso porque he visto como algunos "amigos" han estado ahí cuando el problema era pequeño, pero cuando la persona (yo, o incluso otro colega) se derrumbaba se escondían como cucarachas huyendo de una muerte segura. Pero tampoco se puede pedir que todas las personas intenten sacar de la oscuridad a los que se han hundido en ella, aunque si que podrían evitar que eso llegara a suceder.

Creo que el mundo sería algo mejor si todos diéramos un abrazo cuando es necesario, sin tener que pedirlo, o dar una vuelta por la noche con ese colega que se siente triste, cogiendo unas cervezas y sentados la playa mientras habláis de vuestras cosas.

Estos actos son cosas tan pequeñas pero que tienen tanta fuerza y cuestan tan poco que sería una estupidez no hacerlas, tan solo se pierde un poco de tiempo, y la recompensa, a mi parecer, es grande.

Ojalá, después de esto, hagáis que el mundo sea un poco mejor...

Salud y libertad.

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