Hace un par
de semanas leía por Facebook que Justin Bieber había pisoteado una bandera de
Argentina, por lo que era criticado, por todo tipo de personas, educadas y
otras que necesitan lavarse la boca con jabón; pero no solo por el colectivo
argentino, sino también por gente de otros países. Cuando llegó el momento de
ser defendido por las beliebers, me esperaba que fuera como otras tantas veces
había ocurrido, con insultos, diciendo que el personaje ha salvado a muchas
chicas que querían suicidarse, etc., pero hubo una chica que me sorprendió
bastante. Esta chica es belieber y explicaba porqué el famosillo hizo lo que
hizo, pero lo que más me sorprendió es que era la primera belieber que decía
que Justin Bieber es una persona y comete errores como cualquier otra persona.
Explicaré el
porqué de mi sorpresa. La gran mayoría de las beliebers, por no decir todas,
tienen a este chico como una divinidad, y a la hora de defenderle utilizan
cualquier palabreja sacada del enfado y odio. Por ejemplo, algunos recordaréis
una fotografía de Justin escupiendo desde una terraza a, lo que supongo serían,
sus fans, foto muy criticada por ser un acto de maleducado. Cuando vi un
comentario defendiendo ese acto, no pude reírme más en toda mi vida, una chica
decía que, cito textualmente, “a la belieber que le callera ese escupitajo
puede sentirse afortunada, porque es baba de Justin”.
Comentarios
de ese estilo recorren las redes sociales para defender al famosillo, como si
fueran una secta. Muy pocas beliebers, casi ninguna, razonan lo que van a
soltar por la boca o a escribir en internet. Creo que la chica que defendía a
Justin de forma razonada por pisotear la bandera argentina se merece un
aplauso.
Cambiando de
tema, pero que tiene que ver con esto. Me parece muy triste como la gente se
vuelve loca cuando alguien pisotea, quema, defeca, orina… sobre una bandera, y
sin embargo esa gente no sería capaz de hacer nada, solo criticar, cuando se
hace eso mismo a un ciudadano de su mismo país. Respeto que quieran a su país,
pero pienso que una bandera, un trapo de colorines, no representa a un país,
son las personas que viven en ese país las que lo representan, no por separado,
sino toda la población. Por ejemplo, en mi caso, un chico español de
nacimiento, me da igual si la bandera actual de España es la roja-amarilla-roja
o la roja-amarilla-violeta, porque, al fin y al cabo, cuando me sienta
orgulloso de ser español (pocas veces se dará el caso) será porque un español o
una española ha hecho algo increíble, no porque la bandera de mi país ondee en
la Luna, en Marte o al otro lado del universo.
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