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sábado, 23 de noviembre de 2013

La chica de mis recuerdos

Hace tiempo conocí a una chica, muy guapa, me parece que mayor que yo por uno o dos años. Nuestros padres eran amigos, y las dos familias hacíamos algunas excursiones juntas. Recuerdo que tenía un hermano que era un bicho, todo el día molestando a mi hermano, como si el pobre no tuviera suficiente conmigo en casa. Ella era pelirroja, si mal no recuerdo, y muy guapa, una chica que me gustó como ninguna otra, a pesar de mi corta edad y toda la experiencia que me quedaba, y me queda, por vivir. Yo tendría unos 7 años en aquella época, pero parece que ya sabía con quién quería estar en un futuro que, ojalá, no fuera tan lejano. Ella y yo éramos inseparables cuando estábamos juntos, jugando, descubriendo los misterios de la naturaleza, bañándonos en el río… cosas que en aquel tiempo solo compartía con mi mejor amigo, una persona que considero mi hermano de no sangre (ya tengo un hermano de sangre y este chico, incluso a día de hoy, está a mi lado en las buenas y malas).

Mi último recuerdo de ella ha sido uno de los más felices que he tenido, y cada vez que recuerdo esa noche se esboza una sonrisa en mi cara. Un juego tan simple como el “piedra, papel o tijera” consiguió que pasara una de las noches más divertidas que nunca he tenido. Era en un restaurante de mi pueblo. Nuestros padres estaban en una mesa sentados con nuestros hermanos mientras ella y yo estábamos en otra hablando y jugando. Cuando empezamos a jugar, era lo típico, canturreábamos la canción y sacábamos una de las opciones para ganar el uno al otro. De repente, empezamos a sacar lo mismo, repetimos y la tirada fue igual, y otra, la siguiente también… y fue ahí cuando empezaron las risas. No todas las tiradas fueron dos piedras, dos tijeras o dos papeles, en alguna uno de los dos ganaba la ronda, pero las risas volvían cuando sacábamos otra vez lo mismo. Mi recuerdo de esa noche se queda ahí, ella y yo, los dos solos jugando a un juego de niños, riendo, como si nada más existiera.

Cada vez que intento recordarla, siempre viene a mi mente esa noche, pero nunca su rostro, ni siquiera su nombre, no sé si es porque vamos perdiendo algunos recuerdos conforme nos hacemos mayores o porque mi cerebro me protege de una vida de tristeza por recordar a la que siempre he considerado mi primer amor, aunque fuera platónico, la primera chica por la que sentí algo. Pero claro, mi corazón me quiere torturar y muchas veces me ha llevado a la búsqueda de alguna foto donde ella apareciese, pero sin resultado. Alguna vez me he parado a pensar y preguntarme si en realidad fue un sueño que recuerdo bastante bien para el tiempo que ha pasado, un sueño tan real que ha dejado mella en mí, dicen que la mente es tan poderosa que es capaz de hacernos sentir cosas como si las viviéramos incluso mientras dormimos. Pero siempre descarto esa idea, ella era demasiado real y los momentos vividos eran demasiado buenos para ser falsos. Ojalá algún día encuentre a esa chica, aunque ya no sienta lo mismo que sentí entonces, aunque ya no seamos los mismos críos que se divertían jugando al “piedra, papel o tijera”, pero que siempre tendrán esas risas grabadas en la memoria.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Famosos y banderas

Hace un par de semanas leía por Facebook que Justin Bieber había pisoteado una bandera de Argentina, por lo que era criticado, por todo tipo de personas, educadas y otras que necesitan lavarse la boca con jabón; pero no solo por el colectivo argentino, sino también por gente de otros países. Cuando llegó el momento de ser defendido por las beliebers, me esperaba que fuera como otras tantas veces había ocurrido, con insultos, diciendo que el personaje ha salvado a muchas chicas que querían suicidarse, etc., pero hubo una chica que me sorprendió bastante. Esta chica es belieber y explicaba porqué el famosillo hizo lo que hizo, pero lo que más me sorprendió es que era la primera belieber que decía que Justin Bieber es una persona y comete errores como cualquier otra persona.

Explicaré el porqué de mi sorpresa. La gran mayoría de las beliebers, por no decir todas, tienen a este chico como una divinidad, y a la hora de defenderle utilizan cualquier palabreja sacada del enfado y odio. Por ejemplo, algunos recordaréis una fotografía de Justin escupiendo desde una terraza a, lo que supongo serían, sus fans, foto muy criticada por ser un acto de maleducado. Cuando vi un comentario defendiendo ese acto, no pude reírme más en toda mi vida, una chica decía que, cito textualmente, “a la belieber que le callera ese escupitajo puede sentirse afortunada, porque es baba de Justin”.

Comentarios de ese estilo recorren las redes sociales para defender al famosillo, como si fueran una secta. Muy pocas beliebers, casi ninguna, razonan lo que van a soltar por la boca o a escribir en internet. Creo que la chica que defendía a Justin de forma razonada por pisotear la bandera argentina se merece un aplauso.


Cambiando de tema, pero que tiene que ver con esto. Me parece muy triste como la gente se vuelve loca cuando alguien pisotea, quema, defeca, orina… sobre una bandera, y sin embargo esa gente no sería capaz de hacer nada, solo criticar, cuando se hace eso mismo a un ciudadano de su mismo país. Respeto que quieran a su país, pero pienso que una bandera, un trapo de colorines, no representa a un país, son las personas que viven en ese país las que lo representan, no por separado, sino toda la población. Por ejemplo, en mi caso, un chico español de nacimiento, me da igual si la bandera actual de España es la roja-amarilla-roja o la roja-amarilla-violeta, porque, al fin y al cabo, cuando me sienta orgulloso de ser español (pocas veces se dará el caso) será porque un español o una española ha hecho algo increíble, no porque la bandera de mi país ondee en la Luna, en Marte o al otro lado del universo.